Ixil, Yucatán — 22 de agosto de 2023: En el corazón de Yucatán, el pueblo de Ixil se encuentra en medio de una creciente crisis de especulación inmobiliaria. Lo que alguna vez fue un lugar tranquilo, caracterizado por su herencia cultural y su conexión con la naturaleza, ahora enfrenta una especulación desenfrenada que amenaza su tejido social y su identidad. La falta de acción hasta ahora, por parte de las autoridades agrava aún más la situación.
En un evento que tuvo lugar en las primeras horas del jueves 17 de agosto, una fuerza policial conformada por cerca de 200 a 300 agentes irrumpió en la comunidad de Ixil, Yucatán, rodeando las tierras de uso común donde los habitantes se dedican al cultivo y cría de animales, prácticas que son intrínsecas a su estilo de vida y están profundamente enraizadas en su territorio. Este acto, acompañado por el sobrevuelo de drones y vehículos ajenos a la comunidad, marca un intento de despojo de aproximadamente 320 hectáreas de tierras comunales con el objetivo de favorecer a empresarios terratenientes que pretenden llevar a cabo desarrollos inmobiliarios en la zona.
La lucha contra el despojo de tierras y recursos naturales en Yucatán ha tomado relevancia en los últimos años, con la especulación de terrenos y el rápido aumento de complejos inmobiliarios y lotes de inversión. Ejemplos como Conkal y Cholul, por nombrar algunos, muestran cómo el crecimiento urbano ha desplazado a las comunidades y borrado ejidos.
Este fenómeno encuentra sus raíces en la acumulación originaria, un proceso inherente al capitalismo que implica la apropiación violenta de territorios y recursos, ocurrida históricamente durante el colonialismo (Galafassi, 2009; Harvey, 2004). En el caso de Ixil, esta acumulación originaria se hace presente a través del despojo de tierras y la intimidación constante por parte de cuerpos policiales, que buscan separar a la comunidad de sus modos de vida tradicionales arraigados en el entorno natural. La comunidad de Ixil se ha manifestado en asambleas, afirmando su derecho a defender lo que les pertenece y a resistir contra la acumulación originaria:
“Son terrenos que siempre hemos estado trabajando y no están abandonados… la policía dijo vamos con todo, entramos porque entramos… dónde estamos nosotros para defender lo nuestro, si nos unimos y nos ponemos de acuerdo ganamos”
(declaraciones de miembros de la comunidad de Ixil).
La interacción entre los poderes político y económico, se hace evidente en esta situación. El poder político otorga condiciones propicias para los intereses económicos de empresarios, resultando en ganancias a expensas del poder social (Toledo, 2019), representado aquí por la comunidad de Ixil. Además, el meta poder de la información, conocido como el cuarto poder, ha sido omiso en la difusión de este conflicto socioambiental, lo que contribuye a que la situación pase desapercibida y no genere la atención necesaria en la sociedad.

La demanda de propiedades, especialmente segundas residencias turísticas, ha impulsado un rápido aumento en los precios de la tierra y la vivienda en Ixil. Esto ha generado una serie de problemas para los habitantes locales, quienes se ven presionados a vender sus propiedades debido a la falta de regulaciones que protejan sus derechos. Como resultado, comunidades enteras están siendo desplazadas y la rica identidad cultural de Ixil está en peligro.
No obstante, la comunidad de Ixil también muestra su fuerza y resistencia a través de protestas y luchas por su territorio y recursos naturales. Organizándose de manera autónoma y buscando medios de defensa, la comunidad demuestra cómo la participación puede ser una herramienta poderosa para construir políticas desde la base y enfrentar la fuerza desbocada del poder económico. La participación, unida a la resistencia y la colaboración, es fundamental para construir un futuro en armonía con las realidades y contextos locales.
Estas acciones de resistencia y participación de la comunidad de Ixil encuentran resonancia en las ideas de Elinor Ostrom (2010), quien plantea que se ha subestimado el potencial y la importancia de la participación de las personas involucradas. La política pública, en este contexto, debería centrarse en facilitar el desarrollo de instituciones que fomenten lo mejor de los seres humanos. En el caso de Ixil, mantener la resistencia de la comunidad para defender su territorio será clave, junto con la participación y la toma de decisiones colectivas, para liberarlo de proyectos que amenacen su transformación y los modos tradicionales de vida arraigados en él.
Referencias base de las reflexiones planteadas:
Galafassi, G. (2009). La predación de la naturaleza y el territorio como acumulación. Revista Herramienta, 42, 63–75.
Harvey, D. (2004). El nuevo imperalismo. Akal.
Ostrom, E. (2010). Más allá de los mercados y los estados: gobernanza policéntrica de sistemas económicos complejos. Revisión económica estadounidense, 100 (3), 641-672.
Toledo, V. M. (2019). Los civilizionarios. Repensar la modernidad desde la ecología política. Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad y Juan Pablos Editor.
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